Un Viaje desde Tokio a Saturno. Buenas tardes a todos los oyentes de Vértigo Radio y a todos los fans de U2 en todo el mundo.
Hoy nos adentraremos en el mejor viaje experimental que realizo la banda en toda su historia musical, ese viaje que se hace por lo general cuando uno quiere demostrar al mundo hasta dónde puede llegar tu ingenio musical, ellos en cambio, viajaron a un espacio sónico para encontrarse ellos mismos y para evaluarse hasta donde podían establecer nuevos parámetros artísticos.
En noviembre de 1994, U2 se reúne de nuevo, (justo un año después de la gigantesca gira ZOOTV), en un pequeño estudio cerca de Ladbroke Grove en un suburbio de Londres, tratando de encontrar cómo sus partes podrían encajar después de casi 12 meses de estar separados. Adam llegó e inmediatamente empezó programando teclados. Larry tocó algunos complicados patrones de batería y Edge llega con nuevos sonidos interpretados en un bajo de 5 cuerdas.
Justo como lo hicieron con Rattle & Hum y Zooropa, y como “no lo hicieron” con Achtung Baby, la banda está tratando de facilitar el hacer un nuevo álbum sin presionarse completamente por el famoso concepto que ellos mismo implantaron; “Empezar la siguiente etapa de U2”.
Oficialmente no empezarían con un nuevo álbum sino hasta mediados de 1995. Por eso, por ahora, pasan un par de semanas trabajando con Brian Eno en improvisaciones que quizás podrían conceptualizar en alguna banda sonora. Este concepto ya lo habían conversado y desarrollando desde la época que ayudaron con muchas canciones para las películas conceptuales de Win Wenders, y por eso se proyectaron para alguna próxima película que les acomodara con esta idea.
Como en esta oportunidad no existían parámetros definidos y toda idea sonora era bien recibida sin seguir la idea del “sonido U2”, Eno presiona a la banda hacia todo tipo de ejercicios sonoros, como por ejemplo, el intercambiar instrumentos. The Edge se encuentra tocando mucho el bajo y Bono improvisa con una guitarra al “estilo Edge”. Durante una sesión con Bono en la batería, el “guitarrista” Larry llega a un espectacular riff inspirado por la entonces exitosa película “Pulp Fiction”.
Bono dice que una de las grandes cosas acerca de esta experimentación es que algunas veces una canción brota entera a la vida y al mismo tiempo, desde el interior de ellos cuatro. Aun así, mucho material no tiene la calidad necesaria para ser llamada “canción”, pero a pesar de esos “pedazos horribles” (como los llama Larry), se graba un montón de material interesante.
Bono cuenta que en esas sesiones, Tokio se aparece en todas las improvisaciones. “Tal vez se trata sólo del grupo proyectándose a la última vez que tocaron juntos, pero es asombroso que a casi un año de terminar la gira en Japón, ese sentido e inspiración que planea sobre Tokio, sigue saliendo desde la música que U2 realiza en este momento”.
Por eso llega casi sin modificaciones a estas sesiones, la única canción que llega “viva” desde las pruebas de sonido del ZOOTV en Asia, la instrumental “Let’s Go Native”.
Algunas improvisaciones son tan atrevidas que ni ellos mismos la sienten como propia. Por ejemplo, en una de ellas, Edge, Adam y Bono tocan un oscuro patrón que se parece un poco a “Ocean” de Velvet Underground, y al mismo tiempo, Brian le pide a Larry que experimente en el teclado con notas altas. Eno le llama al resultado “Black and White”, porque tres de la banda ejecutan notas oscuras (menores) y Larry toca notas claras (mayores), y el resultado final sería una de las mejores canciones de U2 en su fase experimental, la exquisita y atmosférica canción llamada Slug.
Otra improvisación llamada “Tokio Fast Bass” (la futura Always Forever Now), se sumerge y zigzaguea con el poco organizado frenesí de una estación de trenes de alta velocidad. “Fleet Click” (la que sería la muy futurista United Colors), lo deja a uno estupefacto, como aquellas noches en los oscuros callejones de neón, pero lo que es más asombroso de ello, a diferencia de casi cualquier acompañamiento rítmico, es que no sugiere ninguna limitación acerca de cómo podría culminar la canción.
En estas sesiones, en la profundidad del húmedo y melancólico Londres, U2 no se preocupa adonde llegaran estas creaciones, y en cambio se divierten haciendo música que nadie antes había escuchado. Por eso ya avanzado los días, en el pequeño estudio, Edge anuncia que esto ni siquiera es una típica “sesión U2”, esto es “Bono, Edge, Larry, Adam y Eno”. Dice que este grupo de cinco tiene una dinámica enteramente diferente del U2 de cuatro integrantes y merece un nombre distinto. Y vota por “babel”.
Este sería el primer paso de lo que sería uno de los mejores “no discos” de U2, el fabuloso “Passegers; Original Soundtracks Volumen 1”.Y ahora en este capítulo dedicado a la época más experimental de U2, presentamos la excelente interpretación de una oda al ciberespacio, la oscura e intensa canción llamada SLUG.