Como Ser Telonero y No Morir En El Intento
Buenas tarde oyentes de Vértigo Radio y saludos a todos los fanáticos de U2 en todo el mundo. Hoy veremos y hablaremos de un evento único en la historia de los irlandeses y su vida en la carretera.
U2 tiene un largo historial en sus giras y con bandas que han sido la apertura de sus conciertos, los han teloneado o simplemente fueron el inicio de un primer plato para un gran show de los 4 de Dublín. U2 ha tenido de banda soporte a grupos que en su momento fueron desconocidos y los irlandeses con su política de ayuda a bandas primarias, invitaron a sus giras a elementos de la talla como Oasis, Franz Ferdinand o Garbage e incluso algunos que ahora son historia en la música rock como Pearl Jam o REM.
Pero cuando U2 empezaba su vida musical y querían promocionarse sobre todo en America del Norte, Paul McGuinness consiguió algo muy difícil para una banda que apenas tenían 2 discos y que se vendían muy poco. “Premier” la productora de eventos les consiguió ser teloneros (por primera y única de vez en su historia musical), de la banda número uno del momento en todo Estados Unidos, La J. Geils Band, uno de los principales clientes de “Premier”, había tenido una sucesión de números 1 en las listas y estaba normalmente en los primeros puestos. Ellos tocaban en Arenas cubiertas para 10.000 a 15.000 personas, algo muy distinto a los clubs y universidades en los que U2 había estado tocando. Fueron 13 fechas muy difíciles, y los riesgos fueron enormes ya que los conciertos americanos en arenas los daban solo las estrellas. Los teloneros actuaban mientras el auditorio se llenaba de gente que comían una hamburguesa, o fans que bebían una cerveza mientras buscaban sus asientos e intentaban localizar a sus amigos entre el público. La J. Geils Band eran algo grande en esos momentos, y U2 tocarían ante el público de J.Geils. No habría fervor residual hacia U2, sólo un enorme local en el que una banda de jovencitos jamás había tocado antes. Era poner a prueba la habilidad de U2.
Aquélla era la división de Honor, McGuinness sabía que a J. Geils ellos no importaban en absoluto. Todo sería sonrisas y “encantados de conoceros”, pero, como cualquier otra banda importante, J. Geils no deseaba que su show alcanzara el clímax mientras ellos aún estaban en los camerinos. U2 no contaba para nadie allí, eran los teloneros. En cada una de las 13 noches apenas tenían tiempo de colocar sus cosas en el escenario justo antes de que las puertas se abrieran.
El 03 de marzo de 1982 en Florida, fue la primera noche y la banda toco 10 canciones y apenas salieron bien parados. Todas y cada una de esas 13 noches existía alguna pequeña victoria, (el sonido, la acústica, el retorno de monitores), pero lo que verdaderamente contaban eran los U2. Enfrentados a un desafío infinitamente mayor que cualquiera que hubieran aceptado antes, Bono, Adam, Edge y Larry salían corriendo al escenario como una tromba y se enfrentaban a un público que no era el suyo.
Elaboraron una actuación de 35 minutos consistente en lo que a Edge le gustaba llamar «las cerezas» de sus álbumes. Nada de peroratas, nada de introducciones folklóricas, solo salir y golpearles con «Gloria», «Out of Control» o «I Will Follow». Pero la decoración del escenario no ayudaba. La J. Geils Band había colgado una enorme bandera anunciando la presencia de la banda principal. U2 salían cada noche bajo la bandera, y no decían nada, simplemente tocaban. ¿Quiénes eran? ¿Qué eran? Y antes de que se formularan las respuestas, la música, el “sonido” U2, ya había llegado al público antagónico.
Para el ultimo show como teloneros en San Francisco, California, el 30 de Marzo de 1982, Bono ya manejaba el escenario con más soltura, este ultimo show estuvo magnifico, agresivo, valiente, salvaje e increíblemente potente, y halló el carisma animal para llenar el enorme espacio que intentaba bostezar ante él. Si alguien hablaba, agitaba la bolsa de palomitas de maíz o sorbía demasiado ruidosamente su coca cola, Bono lo veía, lo sentía y enfocaba su atención en el culpable. «Estamos aquí arriba, no en tu tonta coca cola», gritaba, buscando dominar todos los espíritus del lugar. Por eso noche tras noche, luchó y venció.
Hubo bises en casi todas las presentaciones… excepto cuando la gente de J. Geils consiguió desenchufar el amplificador de The Edge y antes de que Bono alcanzara el micrófono. Pero aquello ya no importó. El riesgo había valido la pena.
Y ahora presentamos del Tour October, una gira con aroma a sangre sudor y lagrimas, una mítica canción de los inicios de U2, la apostólica y bíblica versión en vivo de “Gloria”.