Artículo de opinion publicado hoy en el diario ABC a cuyo autor le ha recordado el mensaje de Bono en los móviles de sus fans, «Hola, soy Bono», con la incesante actividad y la imposible ubicuidad de otro Bono, éste político y actual ministro de Defensa.
Hola, soy Bono por Por Manuel M. Meseguer
El saludo del título aparecía en los miles de pantallas de los teléfonos móviles que habían seguido las indicaciones del líder de la banda irlandesa U2, convertido este verano en punta de lanza del «Movimiento» contra la pobreza en África. Los miles de aficionados que han abarrotado los estadios este verano desenfundaban sus móviles en la noche y al activarlos encendían el cielo. Bono les instaba a enviar un SMS con el nombre de África. Al rato, la pantalla se volvía a iluminar anunciando un mensaje -«Hola soy Bono», decía- y las cabezas de cuantos asistían al concierto en los estadios se movían onduladamente en la oscuridad. El cantante Bono es un dios en Irlanda y tiene ese don de la comunicación que solamente unge a contados elegidos. Salta, grita, impone, exige, transige, baila y canta, y durante el rato que se encabrita en el escenario sabe que miles de ojos siguen hipnóticos sus cabriolas, como ocurrió hace días en el Vicente Calderón.
La incesante actividad y la imposible ubicuidad de otro Bono, éste político y actual ministro de Defensa, durante las jornadas luctuosas del accidente del Cougar en Afganistán, me han hecho recordar vívidamente el mensaje del cantante en los móviles de sus adictos. «Hola, soy Bono», le ha venido a decir a España entera estos días. No parece que haya en la política española un personaje que se mueva tan desahogadamente ante las cámaras, los micrófonos o en el rifirrafe cotidiano como este castellano manchego. José Bono cuida tan meticulosamente el escenario de sus comparecencias —aterrizaje en el Santiago Bernabéu, segundo plano ante los restos del helicóptero accidentado, videoconferencia— como los gestos con que debe acompañarlas. Para muchos y también para el principal partido de la oposición, Bono ha caído en la última semana en una sobreactuación en busca de la épica y la gesta que ha terminado saturando las tragaderas de sus opositores y de no pocos seguidores. El Bono político cuida su populismo como el Bono cantante su leyenda rockera y poco o nada le importa no seguir los cánones interpretativos del Actor's Studio de Elia Kazan a este ministro que perdió la secretaría general del PSOE ante Zapatero por la fruslería de sólo nueve votos.
Noticia publicada el 23 de agosto de 2005. Diario ABC